jueves, 15 de julio de 2010

Informe sobre la ansiedad


Una mañana de Julio de 2008, una mujer es encontrada sin vida en su casa de Buenos Aires, únicamente yo, el inspector K... sé el verdadero motivo de su muerte, o acaso puedo sospecharlo...
Todo empezó con una denuncia por ruidos molestos realizada por un vecino de la calle R...
Me encaminé hasta allí con un grupo de oficiales. Al llegar a la casa tocamos el timbre en reiteradas ocasiones, del interior provenía una densa música de rock a todo volumen... se procedió a derribar la puerta, una tenue luz roja anaranjada iluminaba la escena, dimos unos dos o tres pasos cuando vi el cuerpo tirado en el suelo, uno de mis ayudantes se encargó de llamar a los médicos forenses, el aroma circundante nos daba la certeza de que se hallaba sin vida... salimos a fumar, la noche era cálida, la luna se encontraba en una de esas fases... de un color rojizo... los forenses no tardaron en llegar. No se encontraron rastros de violencia en el cuerpo, con lo que descartamos el hecho de un asesinato. A su alrededor algunas pastillas de éxtasis, Valium, y un gotero con las iniciales L.S.D, junto con una botella (vacía) de Whisky J&B que aún se aferraba a su mano derecha, nos dio la certeza de un suicidio.
Cuidadosa y rápidamente apagamos el reproductor de audio que nos aturdía en sobre manera... a decir verdad, la banda de rock '' callejeros'' nos estaba entregando una nueva pista... No está de más aclarar que, ni a mí ni a los forenses nos agradaba escuchar los delirios de, como diría Fogwill, un vaguito porteño.
Su cuerpo, el de Cecilia M...(su DNI se encontraba como adrede sobre una mesita de luz) yacía sobre el suelo como el de un muerto bien dispuesto en su ataúd, de su boca chorreaba un líquido espeso como el yogurt, sus ojos blancos daban la sensación de estar posedídos por un espíritu ciego... Uno de los forenses marcó con una tiza su cuerpo exánime, el olor que despedía era comparable al de dos camiones de basura juntos, se necesitaron de cinco hombres para levantarla y colocarla sobre la camilla, ésta se rompió por el peso de Cecilia M...(unos ciento cincuenta kilogramos aproximadamente). Finalmente consiguieron introducirla en una bolsa negra e ingresarla en una ambulancia.
Los forenses, ya que en el aire aún se respiraba aquel olor nauseabundo, fueron los primeros en abandonar la casa... en cambio yo, demoré unos minutos más mi presencia allí. Con un pañuelo tapé mi nariz y mi boca, me incliné sobre la figura pintada en el suelo, así fue que encontré una hoja de papel doblada en dos, al abrirla descubrí, no con facilidad (la letra era casi ilegible), una carta. Comprendí que la había escrito cecilia M... mientras consumía las drogas, al terminarla se puso a beber, ya su sed, ya su vana suerte, sus horas, estaban contadas.se sentó, tal vez sin darse cuenta sobre la carta, quién sabe qué vio... a los pocos minutos murió.
Es hora de develar el misterio de esta muerte, pensé, mientras fumo otro cigarrillo en la puerta , bajo la luz de un farol y de la luna, la luna roja que es una pero que cambia de color... esta carta lleva como título ''Informe sobre la ansiedad''.


Avidez, afán, codicia, deseo, apetencia, avaricia, ambición, ¡Ansiedad!
Ella es la culpable...
Mi infancia fue de lo mejor, mi juventud fue alegre...pero eso ya pasó... vienen a buscarme... juegos de magia, brujerías. Tuve dos madres; la ignorancia y la miseria.
Robé, lastimé, me dejaste, te fuiste... nos dejaste a todos...
Creci, usé a mi entorno, lloré, empezó a gustarme... ser desagradecida...tu ausencia...maté gallinas, habité un cuerpo de alguien igual a mí... alguien que ya no está por aquí, qué importa eso... pronto, tampoco estaré.
Cristo nunca me agradó en realidad... me usaron, me junté con un mago, obsesivo de la oscuridad, maduré...¿todo para qué?
No me toquen ¡no se acerquen!
El cielo es celeste... pero mi alma, mi alma ennegrece... ¡Ansiedad!
Engordé, comí y comí a lo grande... todo lo que hace mal, con amor desmedido...
Ya no quiero verte sólo en sueños... te voy a encontrar, te encontraré al fin...
Ya pasaron cuatro años... quedé así, sola, como un pájaro... lastimé, ahora me río de todos... y todos se ríen de mí... ¡De la gorda!
esto es... la cercanía...
Hay un demonio en la cocina...
¡Un ángel besa mis pies y lo maldigo!
Es alto Dios... tengo ansiedad... ansiedad de muerte...
Se oye aquella voz, infernal... es diciembre al fin...
Mis fantasías ya no son inconclusas...
me hundo en un mar de fuego.

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